viernes, 2 de julio de 2010

IDEAS: "Enseñanza de los clásicos", por Patricio Domínguez Valdés. El Mercurio, 25 de junio de 2010.

Señor Director:

Respecto de la interesante columna del doctor Otto Dörr (publicada el sábado 19 de junio) sobre la decadencia de nuestro lenguaje, me gustaría poder agregar un par de puntos que pueden ser interesantes para comprender la causa de este hecho inquietante. En primer lugar, en ningún lugar se estudia latín. ¿Latín? Estamos acostumbrados a pensar, desde nuestro subdesarrollo cultural, que el latín (y para qué decir el griego clásico) son cosas obsoletas, oscuras e inútiles. Sin embargo, es un hecho fácilmente constatable que el estudio del latín ordena la cabeza, aumenta considerablemente nuestro vocabulario, ayuda a conocer mejor la propia lengua y entrega una base sólida para el aprendizaje de las demás lenguas, además de posibilitarnos el acceso a una parte importante de nuestro acervo cultural. Por eso, en los mejores colegios y universidades de Europa se estudian el latín y el griego como la cosa más normal del mundo. Pero en Chile ni pensarlo. Con el inglés y la computación nuestros expertos educacionales piensan hacer de Chile un país culto, lo que constituye una muestra más de la mentalidad cortoplacista y tecnócrata que domina nuestra educación, que sólo busca resultados inmediatos y medibles.

En segundo lugar, el estudio del castellano, llamado ahora “lenguaje y comunicación”, se ha enfocado demasiado al estudio de expresiones marginales de nuestro idioma (lenguaje de internet, el graffiti, etcétera) explicadas mediante una jerigonza ininteligible (hablante lírico, receptor, metarrelato) y se han dejado de lado a los clásicos de nuestra lengua (como Cervantes, Góngora o Quevedo) por temor a aburrir o sobreexigir a los estudiantes, cuando justamente lo que éstos necesitan es el estímulo y la bella dificultad de los clásicos. Si estos dos puntos que he mencionado son dos recetas seguras y probadas en muchos países hace siglos, ¿qué falta para aplicarlas en nuestras escuelas y universidades?

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