jueves, 3 de mayo de 2012

LECTURA: "Lectura gratuita", por Mentessana. El Mercurio, 3 de mayo de 2012.


A eso de las 7:30 de la mañana las personas suelen ir de prisa y, por lo general, atrasadas a sus quehaceres. Sugerentes escenas se ven a esa hora. En Providencia con Av. Salvador, por ejemplo, los vendedores callejeros empiezan a instalar sus mercaderías sobre el frío cemento; los dos lustradores de zapatos ya están instalados y empiezan a recibir a los primeros clientes; una señora ofrece, ilusionada, sándwiches a bajo precio; el ciego que vende pañuelos desechables a la entrada de la estación del Metro también trabaja con la esperanza de que sea un buen día... En fin, hay una muestra amplia de trabajos variados. En medio de todo, me sorprende ver, a pocos pasos del hombre de los pañuelos, una larga fila de personas. Al principio pienso que esperan un bus del Transantiago, pero me equivoco. Aguardan, con paciencia oriental, un diario que se reparte gratuitamente. Es un cuadro que, en medio de la temprana oscuridad, ofrece algunas dudas razonables. ¿Es tanto el amor por la lectura en este país? ¿Les gusta a los chilenos estar bien informados? ¿O es porque, lisa y llanamente, el diario es gratuito? Como sea, alegra saber que, ante la amenaza electrónica, hoy aún se lee.

¿Importa qué? Universitarios le preguntaron cierta vez a Giovanni Papini por qué debían leer a los clásicos. Les dijo: "He aprendido que en la vida siempre va a ser mucho mejor haber leído a los clásicos que no haberlos leído".

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