jueves, 6 de octubre de 2011

CULTURA: "No sirve para nada", por Gastón Soublette. El Mercurio, 6 de octubre de 2011.

En su columna de los jueves, el 29 de septiembre Cristián Warnken lanzó su voz de alerta y su protesta contra el chato utilitarismo que domina de hecho a nuestra sociedad. Según él, los chilenos carecemos de la cultura que nos permitiría concebir un modelo de desarrollo que no sea puramente económico, minimizando el valor de eso que podría darnos un desarrollo integral como personas con discernimiento y creatividad.
Al leer su magnífico artículo sobre este tema, titulado "No sirve para nada" (frase con la que ironiza la actitud del chileno medio ante las creaciones de la cultura), se me vino a la memoria un pensamiento del sabio chino Lao Tse (s. VI a.C.), que dice: "Cuando los hombres no temen lo que en verdad debe temerse, lo peor puede ocurrirles". Con estas palabras, el sabio se refiere al hecho de que los hombres puedan dejar de ser humanos por la pérdida progresiva de la conciencia, a causa de una clausura de los aspectos superiores de nuestra psique.
Se trata de una enfermedad mental que hoy alcanza una dimensión planetaria, aunque otros países, a diferencia del nuestro, tienen tradiciones culturales sólidas que les permiten paliarla.
Karl Gustav Jung en su obra póstuma llamada "El libro rojo", publicada recientemente, 50 años después de su muerte, se refiere a este tema. Para Jung, esta civilización utilitaria sigue un modelo heroico mediante el cual nos hemos propuesto ascender ilimitadamente y en un solo sentido, pagando el precio de neutralizar la mejor y más amplia zona de nuestra alma. La cita anterior de Lao Tse coincide con esta afirmación de Jung, porque eso "peor" que puede ocurrirnos en este proceso de empobrecimiento interior es que todo lo que deliberadamente hemos querido ignorar y excluir de nuestro propio ser, sorpresivamente venga a nosotros degradado bajo la forma de lo que él llama una "epidemia psíquica", la cual puede poseer nuestras mentes reducidas en su unilateralidad y nos obligue a enfrentar lo que más aborrecemos, eso que en ciertas coyunturas históricas emerge como un poder que se impone mediante la fuerza, haciendo simplificaciones brutales. Todo lo cual proviene de una acumulación de muchas décadas de vacío en la Pedagogía y la cultura de una sociedad.

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